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El Proceso de una Palabra

Muchos anhelamos el recibir una palabra de Dios, haríamos lo imposible por escucharlo decirnos lo próximo que está por venir para nuestras vidas. ¿Pero, en realidad estamos listos para recibir lo que estamos pidiendo?

Según he leído la palabra y por experiencia personal, me he dado cuenta de que lo que Dios nos promete viene con un proceso incluido. Aquellas cosas que anhelamos necesitan más que un “me gustaría o desearía” para adquirirlo. Me imagino que hasta ahora me doy a entender un poco.

No siempre estamos preparados para recibir

Cuando Dios nos da una palabra entramos en un proceso en el cual nuestro Padre nos prepara para recibir aquello que Él nos prometió. Si te has dado cuenta no siempre estamos preparados para recibir. Muchos de nosotros deseamos cosas, pero cuando Dios analiza nuestras vidas se da cuenta de que nos falta algo, y El en su misericordia decide prepararnos, capacitarnos y luego entregarnos aquello que pedimos.

La verdad es que, si Dios nos entregara algo que no podemos sostener podríamos perderlo y sabemos que, si Él nos mostrara que no estamos listos, le diríamos también que nos preparare antes de entregarnos esa promesa porque no quisiéramos perderlo.

Por ejemplo: Aquella persona que ora por un vehículo, pero no tiene un trabajo que le permita pagar un seguro o echarle gasolina, mucho menos para la reparación, no pasará mucho tiempo para que aquella persona se rinda del vehículo y lo venda o lo regale.

La vida no es tan fácil como a veces lo pensamos y Dios quiere prepararnos y fortalecernos para enfrentar la vida con una actitud correcta. Al mirar las cosas desde ese punto de vista es más fácil entender el por qué una palabra de Dios para nuestras vidas en ocasiones viene con un proceso. No se trata de que Dios sea malo, o quiera molestarnos, se trata de que mientras más grande el árbol, más grueso el tronco y más profundas las raíces. Eso le dará la fortaleza necesaria para no caerse en medio de las tormentas. ¿Verdad?

Tengamos fe en medio del proceso

Tenemos que tener fe de que Dios nos está preparando para lo que viene, porque Dios tiene grandes cosas para nuestras vidas. Tendremos que ser procesados y PREPARADOS para recibir la bendición que está por venir, para lograr cumplir el propósito que Dios ha diseñado para nuestras vidas.

Siempre recuerda que Dios es fiel, grande y sus pensamientos son de bien para tu vida. Estas pruebas no vinieron a matarte, sino a promoverte a un mayor nivel y a provocar una gloria mayor en tu vida.

Este versículo nos ayuda a entender esto un poco más:

“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;” – 2 Corintios 4:17